Bueno, de nuevo el 14 de febrero toca a las puertas de parejas, amigos pero sobre todo de aparadores o eventuales vendedores de parafernalia alusiva a este día.
Con todo y que la globalización haya hecho de una sublime emoción como el amor un ritual posmoderno asociado al mercantilismo, no esta de más decir que a pesar de ello siempre será ocasión propicia para celebrarlo, con champagne, con refresco, con caviar o con una bolsa de papas fritas pero siempre que la emoción sea GENUINA entre las personas. Teniendo esa fortuna lo negativo del mundo se desvanece y nos animamos a decir, como en su momento escribió Aute, "que el planeta reviente en confetti esta noche..."